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Infografías

Realidad de nuestro país, respecto a la vejez.

Los retos del envejecimiento

El Impact Hub Fellowship para una vida larga y plena encuentra su justificación en las tendencias de envejecimiento tanto a nivel nacional como internacional. 

El mundo​



Hasta principios del siglo XIX, la mayoría de los países actualmente desarrollados, tenían tasas de mortalidad muy elevadas (mayores de 30%), irregulares, con incrementos y descensos abruptos y muy dependientes de catástrofes naturales o humanas (como guerras, epidemias, hambrunas, etc.). Durante la primera mitad del siglo XIX, en los países desarrollados se observó una reducción importante de la mortalidad “catastrófica” y de la mortalidad ordinaria debido a la introducción de mejoras alimentarias y sanitarias con un aumento apreciable en la esperanza de vida.

 

Las tasas de mortalidad se situaron en torno al 20% a principios del siglo XX y en torno al 10% a mediados del siglo. En la segunda mitad del siglo XX, las tasas de mortalidad en los países industrializados continuaron descendiendo hasta situarse entre 7 al 8%, con un incremento natural ulterior debido al envejecimiento de la población, situándose alrededor del 12 al 13%.

 

En los países en vías de desarrollo, las tasas de mortalidad se mantuvieron elevadas y comenzaron a retroceder tras la Primera Guerra Mundial y, sobre todo, tras la Segunda Guerra, con la introducción de las medidas sanitarias que para entonces ya eran habituales en otras partes del mundo.

México



Como resultado de la notable disminución en la prevalencia de las enfermedades transmisibles y de las mejoras en la estructura social, económica y sanitaria, la mortalidad en México se redujo considerablemente. Entre 1940 y 1960 se observó una marcada disminución de la mortalidad al pasar la tasa de 25 defunciones por cada mil habitantes a 15, una de las más rápidas registradas a nivel mundial.

 

Entre 1960 y 1995 la disminución de la mortalidad se hizo un poco más lenta debido a un incremento proporcional de las muertes por accidentes y violencia, enfermedades cardiovasculares y cáncer, y a la dificultad para vencer estas nuevas causas de mortalidad. En los años venideros se apreciará un incremento de la mortalidad de una tasa de 4.9 defunciones por cada mil habitantes, en el 2009, a una tasa cercana al 10.5 en el 2050.

 

El aumento en la tasa de mortalidad se producirá por el incremento relativo en la población de adultos mayores, que propiciará un mayor número de defunciones, a pesar de que por otro lado continuarán las mejoras en la esperanza de vida.

 

 

La información de esta sección se desprende del documento "Longevidad, aumento en la expectativa de Vida y retos para la Industria del Seguro", Swiss Re Foundation, 2013.

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